viernes, 6 de marzo de 2009

EL ALMA

Caminando sólo, en una noche, perdido en un gran abismo de la oscuridad, la luna solo apenas si asomaba su pequeña nariz, temiendo que alguien le pudiera dañar su gran cara de seda.
Una noche decidí caminar alrededor del bosque, muy cerca de una pequeña cabaña que tengo, el bosque esa noche si no más recuerdo abundaba la neblina, los arboles no tenían final, como si sus puntas llegaran hasta los cuerpos celestes, se movían con el viento como si quisieran bailar conmigo por toda la noche.
El silencio que había era inmenso, como si el bosque no quisiera contarme nada y guardar su secreto, caminando los pisaba las hojas secas que caían de los arboles, las hojas de color obscuro y ya muy viejas, lo único que por el momento podía escuchar eran mis pasos. Que era lo que rompía ese silencio.
Caminaba sobre un camino un poco rocoso y sin forma, solo podía alumbrarme con una pequeña lámpara de color rojo, que llevaba en la mano derecha, que su luz no era muy buena ya que fallaba mucho, si la llegaba a mover bruscamente tenia la posibilidad de que se apagara.
Llevaba más de diez minutos caminando y observando lo que a mi alcance podía ver, se apago mí lámpara me detuve solo un rato para revisar si la batería no se había terminado, solo le di un golpe muy ligero y encendió, continúe caminando sobre el camino sin forma y solo que lo cubrían hojas secas.
Tome la decisión de regresar a mi pequeña cabaña, antes de que el frio me congelara y mi batería se terminara, de regreso a la cabaña, el viento soplaba mas fuerte, caminaba un poco más rápido de lo normar, por un momento me detuve a la mitad del camino, como si alguien me hubiera puesto un alto, sentí un presencia como si alguien estuviera corriendo a mi lado y tratando de jalarme para que nunca llegara a la cabaña, no había nada a mi alrededor, solo eso arboles que abundaban a todo mi alrededor .
A unos pasos de la puerta de la cabaña, me detuve nuevamente para verificar que nadie estuviera siguiéndome, entre corriendo a la cabaña, la cabaña realmente era muy pequeña.
Solo era para pasar unas pequeñas vacaciones o para días quitarme de tanto ajetreo de la Ciudad, solo la cabaña guardaba una pequeña cama, que tenia una sabana color azul y un poco vieja y con un poco a olor a humedad, y solo me cubría con cobertor de color negro que se perdía con la oscuridad de la noche, una pequeña ventana que se ubicaba a un costado de la puerta de madera, con una cortinas rotas, que apenas ponían cubrir el viento aterrador que azotaba. No solía comer dentro de la cabaña solo tomar un ligero líquido cómo un Te, así que solo tenia una pequeña parrilla, y algunas fotos colgadas en las paredes que penas si se podían sostener, la chimenea que lograba alumbrar y calentar un poco esa pequeña cabaña, y unos cuantos libros en un pequeño mueble que estaba aun lado de la chimenea con un sillón enfrente de ella.
Realmente no era tan cómoda como algunas otras que estaban a grandes distancias de la mía, pero solo era para un pequeño descanso.
Entre y encendí la chimenea par que calentara un poco el lugar y la noche no fuera tan fría, tome un poco de leña que había aun costado de la puerta, la tome y la lleve rápido hacia la chimenea como si alguien me estuviera esperando ansioso para encenderla, tome un fosforo y lo arroje a lo pedazos de madera que había dentro de ella, solo tardo unos segundos para encender, me coloque en el pequeño sillón que estaba enfrente de la chimenea y me puse a observar como encendía.
El viento cada segundo azotaba cada ves más, como si quisiera derribar la pequeña cabaña que me aguardaba, solo la ventana que me tenia se azotaba como si quisiera huir del gran viento, después de unos minutos empezaba a derrumbarme el sueño.
La puerta se abrió ligeramente, como si alguien la hubiera empujado, me desperté un poco asustado, y corrí a cerrarla antes de que el viento apagara mi fuego, cuando me di media vuelta, sentía que alguien me observaba por la ventana, gire mi cabeza ligeramente, y solo las cortinas se movían ligeramente.
Después de unos segundo, la ventana se abrió y las cortinas salieron volando, solo corrí a cerrar las ventanas, ya que las cortinas no se había en donde se encontraban, como si se escondieran de alguien. Sentí un poco de temor por el momento.
Decidí ir al dormir, pero algo me decía que no durmiera, escuche un ruido que atormento mis oídos, un ruido como si un gato llorara, asome solo mis ojos por la ventana para observar que provocaba mi oídos, pero la abrumadora niebla me impedía observar.
Corrí solo a cubrirme con el cobertor negro y mis sabanas azules, para cerrar los ojos, solo podía escuchar lo que pasaba afuera, por la ventana solo se escucho como arañaron, como si tuvieran unas uñas largas y raposas.
Temblé un poco, después de unos minutos, nuevamente se abrió la puerta, y no quise asomar mi cabeza, solo tome muy fuerte las sabanas y abrase mi almohada, para que no me dejara ir.
Solo sentí un ligero escalofrío, y que algo toco mi cuerpo, con esas manos frías y uñas largas que se sentían, no dije ninguna palabra, y solo se que se robo mi alma.


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